A pesar de que no son conceptos nuevos en nuestro contexto profesional, implican el desarrollo de una serie de competencias que exigen un proceso de información permanente sobre el desempeño de la organización, generar mecanismos de participación en el proceso de diseño y plan de trabajo y capacitar en la utilización de diferentes herramientas de planeación, ejecución y control.
En consecuencia, dada la exigencia actual en materia de gestión, calidad, seguridad, docencia, investigación y servicio, el profesional de enfermería debe ampliar progresivamente su temática de estudio netamente clínico, hacia aspectos de tipo gerencial, docente e investigativo, entre otros. El talento humano de acuerdo con las funciones de su cargo requiere competencias específicas que una vez identificadas durante el proceso de selección deben tener un desarrollo progresivo asegurando el conocimiento espera-do, la habilidad requerida, la actitud adecuada y la rigurosidad en el cumplimiento de los procesos establecidos.
En principio, la formulación participativa de la visión, la misión organizacional y los valores asegura que el profesional de enfermería líder del equipo, tenga el compromiso con el logro de los objetivos estratégicos planteados por la institución de salud en cumplimiento de la misión que desarrolla, que lo aplique en el servicio que presta, que conozca en detalle el comportamiento de los procesos clínicos y administrativos que lidera y utilice las herramientas de medición que correspondan con el fin de conocer el estado de sus resultados e implementar las acciones de mejora que den respuesta a sus necesidades. Todo esto se verá reflejado en la satisfacción de los usuarios, razón de ser de las entidades de servicio, en el crecimiento y desarrollo personal y científico de sus colaboradores e impactará positivamente en la profesión y en la institución prestadora jalonando a otras entidades de salud en el mejora-miento de los procesos de calidad.
Durante muchos años la educación continuada del profesional de enfermería se ha centrado en los avances científicos y tecnológicos relacionados con las diferentes patologías e innovaciones en su manejo, nuevos equipos, técnicas y terapéuticas novedosas con amplios beneficios para el paciente, temas que son absolutamente indispensables para ofrecer un cuidado de enfermería que responda a las necesidades del paciente generadas por dichos avances.
Sin embargo, para que dicho cuidado sea efectivo en términos de satisfacción del usuario es importante fortalecer en las profesionales de enfermería la gestión del cuidado, del recurso humano y del servicio. Si el profesional de enfermería como líder de los procesos asistenciales en los servicios de salud, trabaja con objetivos estratégicos claros, se espera que los resultados obtenidos reflejen las acciones implementadas para el mejoramiento de los procesos que lidera, para lo cual es indispensable tener competencias sólidas en planeación, en control basado en medición y análisis y todas aquellas herramientas que permitan evaluar el comportamiento de los procesos relacionados con el cuidado.
La capacitación y entrenamiento tienen metodologías tan diversas que no siempre la presencialidad a conferencias magistrales es lo que asegura el conocimiento, la participación activa en diferentes procesos de gestión mediante el seguimiento, evaluación y redefinición permanente asegura compromisos y cambios de comportamiento con impacto relevante en los resultados obtenidos constituyéndose en un excelente proceso de aprendizaje para el desarrollo de las competencias esperadas.
Con respecto a la gestión del servicio, no podemos desconocer temas tan relevantes en la relación enfermera paciente, como la comunicación efectiva, la actitud de servicio, el protocolo, la etiqueta, la respuesta oportuna a solicitudes y todo lo que implique la identificación de necesidades y expectativas del paciente y su familia, logradas a partir de técnicas de valoración clínica, entrevistas, rondas de calidad, encuestas y otras herramientas de cuyos resulta-dos se deriva una gestión encaminada a su satisfacción.
Para que todo lo anterior ocurra es importante contar con un recurso humano comprometido, actualizado y con metas muy claras respecto a lo que la institución y el cliente esperan encontrar. Esto exige de los profesionales de enfermería gestión del talento humano mediante el seguimiento de procesos de inducción, entrenamiento en servicio y educación continuada que aseguren las competencias específicas para las tareas que desarrolla, la identificación de sus debilidades y fortalezas y el desarrollo de estrategias que permitan su crecimiento permanente. Conocer las limitaciones y fortalezas nos permite valorar y respetar las diferencias, propiciar ambientes de aprendizaje y de consenso donde se genere compromiso y se descubran nuevos potenciales, diseñar mecanismos que permitan encontrar oportunidades de mejora, fortalecer relaciones, desarrollar actitud de cambio hacia lo que no funciona, generar condiciones de diálogo e interdependencia entre los diferentes equipos para lograr cambios sincronizados, fortalecer el raciocinio, la capacidad de evaluación, la identificación de riesgos, la expresión y capacidad de escucha. Todos estas competencias requieren un desarrollo progresivo que se obtendrá en la medida en que se cuente con líderes facilitadores competentes, que guíen hacia la obtención de resultados significativos para el paciente y su familia, dentro de un marco institucional delimitado por metas claras y unos lineamientos éticos y científicos de la profesión de enfermería.
En conclusión, una organización estará en capacidad de inventar nuevos productos y servicios, de identificar nuevos mercados y de cambiar patrones de respuesta en cuanto a productos, servicios y relaciones, promoviendo la participación de sus colaboradores en el proceso de diseño, en el plan de trabajo y en la evaluación de resultados. Esto permitirá valorar el proceso de aprendizaje y crecimiento derivado del conocimiento de la realidad institucional, de contribuir a su solución, de conocer condiciones y demandas del medio que afectan su crecimiento, transformando ambientes de estrés, queja y apatía en ambientes de motivación e innovación permanente. Cuando la información, la tecnología y los recursos están a nuestro alcance, el valor agregado está en la innovación lo cual implica observar, explorar, descubrir nuevas ideas, sugerencias, enfoques y estrategias que se puedan transformar y convertir en fuente de logro.
BIBLIOGRAFÍA
• Aldana de Conde G. Retos y tendencias en la gestión del cambio. Bogotá, 1994.
• Beltran JM. Indicadores de gestión. Herramientas para lograr la competitividad. Bogotá: 3R Editores. 1998.
• Do Prado ML, Schmidt K. Salud y globalización: retos futuros para el cuidado de enfermería. Invest. Educ. Enferm. 2004;22(2):104-111.
• Grupo de Cuidado. Facultad de Enfermería Universidad Nacional. Dimensiones del Cuidado. 1ª Edición, Bogotá: Unibiblos. 1998.
Elsa Yolanda Carvajal Hermida
Enfermera Cruz Roja Colombiana
Magíster en Enfermería Pediátrica Universidad Javeriana
Coordinadora Educación de Enfermería, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá
Correspondencia: elsa.carvajal@fsfb.org.co
Recibido: noviembre de 2008
Aceptado para publicación: noviembre de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario